«La Agencia Tributaria ha cambiado el criterio»… «Se comunica que el nuevo criterio adoptado por la Agencia Tributaria»… A todos nosotros nos suena está frase, ¿verdad?.
El sistema tributario español se ha convertido en un campo de minas, difícil de atravesar. Las Leyes Tributarias, ya de por sí, son susceptibles de constantes cambios para su adaptación al momento económico, político, social… Pero lo cierto es que el navegar por las aguas de la Agencia cada vez se hace más complicado.
Como gran ejemplo de estos mares tormentosos donde nos encontramos, seguimos sin tener un criterio claro y preciso en la aplicación de “la retribución de los administradores” después de 10 años.
El ámbito tributario, siempre ha generado controversias, pero en la actualidad los cambios normativos, la redacción de los textos legislativos y la cambiante interpretación de criterio de la Administración, hace de nuestra profesión, un barco a la deriva.
Los textos normativos, la inspección tributaria, los tribunales y las consultas vinculantes,… “Donde dije digo, digo Diego”. Leyes totalmente descoordinadas entre sí, y desde luego, en lo relativo a su aplicación, siempre a favor de la Administración.
Sirva como ejemplo de esta descoordinación, los distintos valores de un inmueble adquirido por donación: ¿Cual será su valor a efectos fiscales?. Pues… Todo depende:
- ¿Para el Impuesto de Donaciones?
- ¿Para el Impuesto de Patrimonio?
- ¿Para aplicar la amortización del inmueble en IRPF?
- ¿Y si la donación la ha obtenido una empresa?
- ¿Cuál será el valor base para amortizar?
- ¿Será el mismo que si el donatario es persona física?
Evidentemente no. Cada tributo es un mundo. Nos encontramos con distintos valores, y algunos de ellos pendientes de fijar criterio por el Tribunal Supremo, como ocurre en el caso de la amortización de inmuebles arrendados en IRPF.
Esta inseguridad jurídica hace que nuestro trabajo sea agotador, que se incremente la conflictividad entre profesionales y administración y que después de años de carrera se tenga la sensación de que cada día más, nos levantamos con nuestra espada de Damocles.
Y aun así, aun nos queda la siguiente piedra del camino, explicar al cliente que «Donde dije digo digo Diego», y que lo anteriormente asesorado es como arena en una tormenta del desierto, porque ahora es Diego…
¿Quién dijo, digo?
Autora del post: Mª PILAR EDO NAVARRO – Interventora APAFCV

Como muy bien dices Pilar, más que andar hacía adelante y tener un sistema tributario moderno que se adapte a los tiempos sin complejos y con valentía; los tributos nos anclan al pasado.
un beso.
Comparto tu reflexión Pilar. Recuerda, siempre nos queda Descartes: “yo sólo sé que no sé nada”. El problema de fondo es que la política fiscal es una herramienta más (y muy importante) para el control (y fomento del crecimiento) de la economía de un país, como la política monetaria o de tipos de interés. Pero nuestros queridos gobernantes no aplican una política fiscal con líneas claras y coherentes, más bien convierten la fiscalidad en política y así nos va. De todas formas expones de forma nítida la situación con la que nos encontramos todos los profesionales y, por ende, los contribuyentes (o pagafantas).
Estupenda reflexión compañera !!! Estamos totalmente desamparados con tanta inseguridad jurídica con este sistema tributario tan arcaico y antiguo , que nos hace trabajar de forma extraordinaria tanto al Tribunal Supremo como a nosotros.
Un fuerte abrazo Pilar.
Excelente post que deberíamos enmarcar
Pilar, acertadisima opinión, la cual comparto integramente.
Yo sigo opinando y lo vengo diciendo hace mucho, mucho tiempo que los legisladores deberían tener de forma obligatoria un reciclaje continuo y una experiencia real con los casos a tratar. No se puede sentar cátedra del como se hace una buena paella sin haberla hecho en la vida…… y de eso los Valencianos sabéis una jartá¡¡¡¡
Abrazos.
Hay que posicionarse y dar un golpe en la mesa para que haya seriedad. No podemos ser colaboradores sociales de esta “mentira” tributaria. Decir las cosas claras a la sociedad y clientes y hablar con los responsables con poder real en el Ministerio, no el la Agencia. Hay que hablar con la Ministra , así de claro.